Reseña: "El Aliento de los dioses" de Brandon Sanderson
Nombre: El aliento de los dioses
Nombre original: Warbreaker
Autor: Brandon Sanderson
Editorial: Nova
Género: Fantasía – Fantasía épica – Ficción
N° de páginas: 717
ISBN: 978-84-666-5887-4
Puntuación Goodreads: 4.23
Fecha de publicación: 2009
Fecha de publicación: 2009
Hace años, el monarca de Idris firmó un tratado con el reino de Hallandren según el cual el rey Dedelin enviaría a su hija mayor, Vivenna, para casarse con Susebron, el rey-dios de Hallabdren. Vivenna ha sido adiestrada durante toda su vida para ser una novia adecuada para Susebron y así cumplir con su deber y ayudar a forjar una paz estable entre los dos reinos. Ese era el plan, pero el monarca de Idris envía a su hija Siri, desobediente e independiente, en lugar de Vivenna. Mientras intenta encontrar su lugar en la corte de Susebron, Siri descubre la verdad oculta sobre el rey-dios. En Idris, Vivenna se siente intranquila y teme que su hermana no esté preparada para esa nueva vida, por lo que decide viajar a Hallandren. Allí se reúne con la gente de Idris que trabaja en la capital, T’Telir, y comienza una nueva vida de espionaje y sabotaje. El plan de Vivenna es rescatar a Siri, aunque tal vez esta no necesite ni desee ser salvada.
*Si eres de los que les gusta leer el libro sin haberse enterado de nada antes, avanza un poco más, esta parte contiene microspoilers*
Hallandren y Idris tienen muchas diferencias que los mantienen en conflicto, la religión es una de ellas. Mientras los Idrianos creen en Austre y en la sencillez de los colores, los Hallandrenses adoran a los retornados (hombres y mujeres resucitados de la muerte que tienen la capacidad de presagiar hechos) y en sus costumbres el uso de colores no es ningún pecado. Los Idrianos condenan el uso del aliento, considerándolo el alma del individuo, mientras que en Halandren existen los llamados despertadores, que son personas que almacenan alientos que les otorgan capacidades (dependiendo de la cantidad de aliento que guarden).
Hace años, la multiguerra provocó la separación de reinos, haciendo que los Idrianos, reales herederos al trono de Hallandren, fueran expulsados hacia las tierras altas.
El libro nos relata la creciente tención entre Idris y Hallandren, dos reinos que han estado durante años en conflicto. El rey Dedelin de Idris, ha prometido entregar a su hija mayor para casarse con Susebron, el temible rey – dios de Hallandren y el mayor portador de alientos que existe. Sin embargo, cuando llega el momento, decide enviar a Siri, su hija menor, en lugar de Vivenna. Aquí es donde comienza la historia.
Vivenna, decide que Siri es todavía demasiado joven para vivir en T’Telir (capital de Hallandren) sola, así que se dispone a rescatarla.
*Aquí ya puedes comenzar a leer*
Durante mucho tiempo me habían estado recomendando a Brandon Sanderson, yo, como tonta que soy, me resistía a leerlo, pensando que me decepcionaría. No es algo poco habitual en mí, de hecho, cuando escuchó muy buenas opiniones de algún autor/a o libro, al final, siempre termino odiándolo/a.
No sucedió con el señor Sanderson.
Warbreaker o El aliento de los dioses es (como ya mencioné) el primer libro de este autor que leo, y me encantó.
El comienzo me ha parecido un poco lento, es un libro que demora en llegar a la parte interesante o al conflicto en sí, no obstante, cada detalle que utiliza y describe el autor para llegar ahí, es importante para el futuro de la trama. Además, los personajes hacen de esta espera algo completamente ameno. En lo personal no me pareció aburrido, más bien, me hacía querer avanzar con rapidez.
Brandon Sanderson tiene una forma bastante particular de escribir, ya que, no comienza contando la historia de como es que llegamos a la casi guerra entre Idris y Hallandren, sino que nos introduce en el mundo de Warbreaker: sus costumbres, religiones, política y funcionamiento de los alientos, para luego hablarnos de la multiguerra y sus inicios. No exagero cuando digo que si no tienes experiencia en libros de fantasía, no te enteras de nada.
Me gustaron mucho los personajes, no son perfectos, no existe un elegido, como sabemos que tiende a ocurrir en la fantasía y se enfrentan a las situaciones de formas muy reales.
El libro nos va relatando las experiencias de Siri, Vivenna (su hermana mayor), Sondeluz (uno de los dioses retornados) y Vasher, todos con el respectivo circulo en el que se mueven. Sanderson sabe cómo entrelazar estas historias, como hacerlas encajar de tal forma que la narración se vuelve una amalgama perfecta de situaciones y personajes.
Del final no es mucho lo que puedo decir, a pesar de ser un libro largo, me he quedado corta. Voy a ser sincera, esperaba un poco más, siento que el final fue un tanto apresurado, y no me refiero a que quedara con cosas sin resolver (porque vamos, que a veces dejar las cosas a la imaginación es mucho mejor que ponerlas claramente), sino que parece como si el autor hubiese querido terminar pronto con la historia. Puede ser que yo quisiera seguir leyendo y no acepte el hecho de que terminó.
¿Lo recomiendo? Si.
¿A cualquiera? No
Yo esperaría a estar un poco más entrenada con la fantasía para leerlo, sino, te aburrirás. Mucha de la magia del libro proviene de las descripciones y explicaciones que hace el autor acerca del universo Warbreaker, y si eres impaciente y te gustan las lecturas rápidas con dramas cada dos por tres, este no es un libro para ti (todavía).
Extra
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–No os podréis emborrachar, divina gracia. Vuestro cuerpo
es inmune a todas las toxinas
–Lo sé –contestó Sondeluz mientras uno de los criados
rellenaba su copa –. Pero créeme,: soy bastante bueno fingiéndolo.
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–Por supuesto. Me encanta la gente que hace lo que
debe hacer. Sobre todo cuando lo que debe hacer es lo que yo espero.
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–Identificaos. Tú, el de la izquierda, ¿quién eres?
–Me llamo Gagaril.
–Lo siento.
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–Lo que intento decir es que no se comprende a un
hombre hasta que se entiende qué le lleva a hacer lo que hace. Cada hombre es
el héroe de su propia historia, princesa. Los asesinos no creen tener la culpa
de lo que hacen. Los ladrones piensan que se merecen el dinero que roban. Los
dictadores creen tener el derecho, por el bien de su pueblo y su nación, de
hacer lo que se les antoje.
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–Dicen que un hombre no se conoce a sí mismo hasta que
se enfrenta por primera vez a la muerte –dijo con tono tranquilo –. Yo no
entiendo de eso. Me parece que la persona que eres cuando estás a punto de
morir no es tan importante como la persona que has sido durante tu vida. ¿Por
qué deberían importar más unos instantes que toda una vida?
¿Ya lo leíste? ¿qué te pareció?
¿Aún no lo lees? ¿Te llama la atención?
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